Tras su muerte el 7 de abril de 1614 en Toledo, Domenicos Theotocopoulos, El Greco, quedaría casi por completo olvidado y del todo incomprendido durante casi tres siglos. El genio, que en vida no siempre fue bien entendido, no sería redescubierto hasta finales del siglo XIX.

El pintor nacido en Creta (Grecia) en 1541 creó algunas de las obras más importantes de la historia, como la recientemente restaurada  El Expolio de Cristo, una obra muy inusual. Es raro encontrar ese momento (en que Jesús es expoliado) retratado en el arte.

Después de viajar por Italia y vivir en Roma, El Greco llegaba a España. "Desconocemos las razones -es hipótesis su interés por entrar al servicio de Felipe II, con ocasión de la obra decorativa del monasterio de El Escorial- de su viaje a España, donde se encontraba ya en la primavera de 1577, en Madrid y luego en Toledo, donde contrataría con la catedral y el monasterio de Santo Domingo el Antiguo los primeros lienzos aquí documentados, el Expolio para aquélla y tres retablos para éste, de los que dos lienzos se conservan en el Prado. En 1578 nació su hijo Jorge Manuel Theotocópuli, fruto de unas relaciones efímeras con Jerónima de las Cuevas, mujer que procedía del medio artesanal toledano. Desde esta fecha, Dominico «El Griego» reside en Toledo, de donde saldrá en escasas ocasiones, siempre por motivos laborales" cuenta Fernando Marías, experto en el pintor y comisario de una de las exposiciones más importantes de la conmemoración, El Griego de Toledo.

Fue ese momento, el de su vida en Toledo, el de máximo esplendor y también, como recuerda el Presidente del Patronato del Prado, José Pérez Llorca, "cuando pintó sus figuras más alargadas y cuando usó los lienzos más alargados". No era este 'asunto' (polémico durante mucho tiempo) un defecto de la vista, sino su concepción filosófica del arte.

"Se hicieron muchos experimentos y pruebas antes de desmentir que tenía astigmatismo y que por ello pintaba del modo en que lo hacía" afirma el Presidente del Patronato del Museo del Prado, José Pérez Llorca, " pintaba alargado porque era así su concepción filosófico no porque tuviera defectos ópticos". Durante mucho tiempo la polémica acerca de si el pintor veía así lo que representaba ha estado servida.

Puede que parezca raro y que de hecho lo sea, pero es la realidad, nunca la ciudad que lo adoptó, Toledo, ha dedicado una exposición al Greco. Este año compensa con creces y le dedica el año entero: "Nos gustaría volver a hacer de Toledo una capital cultural de Europa como lo fue en los tiempos del Greco" dice en la presentación del que ya se llama Año del Greco el presidente de la Fundación El Greco, Gregorio Marañón.

Música, teatro, actividades en la calle, circo, espectáculos pirotécnicos, pero sobre todo arte convierten este año a Toledo en la capital de El Greco. Madrid y otras ciudades formarán parte de este exhaustivo recorrido por el griego que nació en Creta pero vivió su mejor momento creativo en España. El inicio del Año Greco comenzará el sábado 18 de enero con el concierto de Campanas de Llorenç Barber desde los campanarios de Toledo.

ToledoContemporánea. Comisariada por Elena Ochoa Foster, esta muestra nos lleva al Toledo del Greco a través de las fotografías del Toledo actual realizadas por fotógrafos como Massimo Vitali, José Manuel Ballester o Marcos López. En el Centro Cultural San Marcos (Toledo), desde el 18 de febrero hasta el 14 de junio.

El Griego de Toledo. Es la antológica más importante y grande que nuestro país dedica al pintor. Con Fernando Marías como comisario, la muestra quita una importante cuenta pendiente a la ciudad de Toledo que nunca había dedicado una exposición al pintor. En 1902 se llevó a cabo la primera muestra sobre el artista en el Museo del Prado y desde ese momento el mundo entero le ha dedicado sus espacios, pero Toledo nunca. La exposición El Griego de Toledo recorrerá toda la trayectoria del artista: Candía y Venecia, Roma, Creta y España. Entre las obras presentes, El Expolio de Cristo, San Pedro en lágrimas, La Sagrada Familia, El Cardenal Tavera, Vista de Toledo, El entierro del Conde de Orgaz... En el Museo de Santa Cruz y los llamados Espacios Greco (Toledo), Del 14 de marzo al 14 de junio.

La Biblioteca del Greco. A través de los libros del artista y las anotaciones que en ellos hizo se pretende con esta exposición conocer y profundizar en el pensamiento de Domenicos. Cuarenta libros conforman este recorrido de los que destacan dos ediciones de Vitruvio y Vasari, en las que hay un buen número de notas escritas a mano por el pintor. En el Museo del Prado (Madrid), del 31 de marzo al 29 de junio.

El Greco y la Pintura Moderna. Comisariada por Javier Barón, mostrará la relevancia del pintor en la pintura de los pasados siglos XIX y XX. Veinticinco obras del cretense y más de setenta obras modernas constatarán el poder del Greco en artista como Manet, Cézzanne, Picasso, Bacon, Giacometti o Saur, entre otros. En el Museo del Prado (Madrid), del 24 de junio al 5 de octubre.

El Greco: Arte y Oficio. Su inmensa capacidad de innovación y maestría queda patente en esta exposición que nos acerca al Domenicos maestro de un taller importante y muy complejo.  Con 75 obras se verán versiones de El Expolio, Cristo abrazado a la cruz o La Crucifixión, nunca antes vistas en España. En el Museo Santa Cruz (Toledo), del 8 de septiembre al 9 de diciembre.

Entre el cielo y la tierra. Doce miradas al Greco cuatrocientos años después. Aquí el objetivo se pone en los artistas actuales y cómo El Greco ha llegado hasta ellos. Doce artistas actuales (Broto, Gordillo, Gonnord, Cristina Iglesias, entre otros)  son quienes darán fe del poder actual de la obra del griego. "Pocos artistas clásicos han influido de forma tan intensa en el arte producido en las últimas décadas" asegura la comisaria Isabel Durán, que añade: "Probablemente sólo Velázquez, Goya y el Greco permanecen con una presencia y un aliento plenos en lo que llamamos arte contemporáneo". En el Museo de Escultura de Valladolid, del 29 de abril al 27 de julio.